lunes, 28 de marzo de 2011

PRD y PAN: ruta Oaxaca- Guerrero- Estado de México

Gustavo Sánchez
Primera parada
Oaxaca, Oaxaca.

6 de julio, 2010.- La cara de Javier Corral, delegado del Partido Acción Nacional en Oaxaca, no disimulaba para nada su felicidad. Pese al pronunciado bigote, resaltaba su sonrisa a dos días de los comicios del 4 de julio en la entidad; a dos días del triunfo de la coalición PRD-PAN-Convergencia-PT-Panal, con Gabino Cué como abanderado; a dos días de abollarle “el carro” al Partido Revolucionario Institucional, que ansiaba seguir gobernando.
 "Con los triunfos en varios estados, quedó abollado ese supuesto ascenso del PRI, para su regreso a Los Pinos", comentó eufórico.
"Se pudo derrotar a esa maquinaria que se creía invencible, todo poderosa y que colocó como irrefutable e indiscutible su regreso a Los Pinos", sostuvo Corral.
La conferencia de prensa en la que participaban destacados panistas del estado, se tornó en un festín. Con una manta de fondo en la que aparecían juntos (gracias a un fotomontaje) el ex presidente Vicente Fox, el presidente Felipe Calderón y el actual gobernador, Gabino Cué, el operador político propuso: “Desde Oaxaca llamo a los compañeros panistas, al partido en su conjunto a que continuemos por la vía de las alianzas...".
Y soltó: “Se debe de concretar la madre de todas las alianzas en 2011 en el Estado de México”.
Eso sí, el panista precisó que, después del 2011, "cada quien por su lado".
"En 2012 tendremos una contienda mucho más pareja, más equitativa, mejor para la ciudadanía... pero cada quien (cada partido) por su lado", dijo.
Corral calificó como un “hecho histórico” la derrota del PRI en esta entidad, a lo que sumó los triunfos ya previsibles en Puebla y Sinaloa, donde también fueron juntos PRD-PAN,  cuatro años después de ser los protagonistas del conflicto poselectoral en el que se le arrebató la Presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador. Haiga sido como haiga sido. Pero eso no influyó en el ánimo de Javier Corral este primer martes de julio del 2010: llamó a sus correligionarios para seguir en el viaje, compartiendo carro, amarillo y azul, con tal de rebasar al contrincante, el tricolor, con quien no sólo chocaron. Lo abollaron.

Segunda parada: bajan… y vuelven a subir
Ciudad Altamirano, Guerrero

26 de enero, 2011.- La sudada cara de Manuel Añorve (candidato del PRI-PVEM-Panal a la candidatura del estado), no se debía a la preocupación que le generaba la declinación –apenas un día antes del último día de campañas proselitistas- del candidato del PAN, Marcos Efrén Parra, a favor del aliancista Ángel Aguirre, ex priista que ahora abanderaba al PRD-Convergencia y PT.
Había más de 30 grados centígrados que hacían sudar a cualquiera, incluso al porteño que marchaba desde la Glorieta de los Héroes hasta el Zócalo de esta ciudad, la Mesopotamia de la Tierra Caliente, ahora más conocida por las balaceras y por los muertos, que por el insoportable clima.
Al llegar al templete, seguía confiado. Y más, por tanto apapacho priista. Añorve no vislumbraba la senda derrota del domingo 30 de enero, día en que perdería la gubernatura por más de 150 mil votos de diferencia; día en que se declararía ganador ya sin que nadie, más que su familia, lo apapachara; día en que un hotel de la Costera Miguel Alemán, en Acapulco, serviría como lugar de su funeral político.
El carro priista –ya abollado- se ponchaba. Aunque en un principio parecía una carrera de tres, con Acción Nacional muy atrás de la competencia, a la postre, los azules compartirían carro con los amarillos, naranjas y rojos, conducido por quien hasta hace unos meses manejaba puro modelo tricolor. Carro que alcanza, gana. Ángel Heladio alcanzó. Y rebasó por mucho las expectativas de una contienda cerrada.
Cambio de conductor… y rechazo al aceite (AMLO)
México, DF.

22 de noviembre 2010.- Vía telefónica, Yeidckol Polevsnsky se escuchaba un poco insegura. Al hablar, trastabillaba. Y es que no fue su decisión  ser el centro de las miradas ni tener el número telefónico favorito de los reporteros, después de que el ex candidato presidencial, Andrés Manuel López, anunció que ella sería la candidata a gobernadora del Estado de México.
"No soy una imposición, soy resultado de un acuerdo del movimiento que encabeza López Obrador... se hicieron encuestas y esas me favorecen... por lo tanto, en su momento me presentarán como propuesta a los partidos políticos (el PRD, PT, Convergencia)", me dijo. Pero la propuesta a los partidos nunca llegaría. El viaje de Yeidckol quedaría trunco.

El nuevo año inició con nuevo conductor. Con la operación directa del Jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, Alejandro Encinas fue ungido como el “candidato de las izquierdas (PRD-PT-Convergencia)”, en el Estado de México.

Desechando la idea de que segundas partes nunca fueron buenas (aunque en este caso, ni la primera, contienda suscitada en 1993), Encinas se formó antes que nadie en la fila de las candidaturas a gobernador, aunque había dicho que no lo haría. Y descartó el buscar una alianza con el PAN, como en otros estados. Pero eso está por verse.

Aunque hubo cambio de conductor, el aceite siguió siendo el mismo. Marca AMLO. Desde principios de enero del 2011 (tras la operación de Ebrard), López Obrador ha recorrido con Encinas los 125 municipios mexiquenses. Hacen campaña. Ganan prosélitos. Van de Norte a Sur, de Este a Oeste, por “territorio Enrique Peña”. De la misma forma que en Oaxaca, con Gabino Cué, Obrador invadió el “territorio Ulises Ruiz”, hoy perdido y añorado por los priistas. Lo mismo podría pasar en el Estado de México. Y el carro tricolor, ya abollado y ponchado, quedaría, más que destartalado, descompuesto.

Última parada: Los Pinos


2012… Continuará.

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